La vida está llena de momentos. Momentos alegres y momentos
tristes pero todos, al fin y al cabo, momentos memorables. Algunos permanecen
en nuestra memoria por sí mismos, otros, somos nosotros los que nos empeñamos
en recordarlos. Cada instante, por insignificante que sea, va conformándonos,
haciéndonos más esto, más lo otro.
Estamos inlfuenciados por todo lo que nos rodea, quizá sea
por ésto por lo que nunca estamos seguros al cien por cien de nada. ¿Significa
esto que somos parte de un juego en el que nosotros somos el personaje y la
vida es quién decide qué hacemos, cuándo y dónde? Tal vez.
La vida es aquello que pasa mientras nosotros nos
consumimos. Tenemos que aprovechar cada momento, saboreándolo al máximo,
exprimiéndolo hasta dejarlo sin jugo. Nada es permanente, todo es parte de un
flujo de cambios, que no cesan. Las personas van y vienen, se van y llegan,
saludan y se despiden. Decir adiós a alguien querido es de lo más difícil que
hay que hacer, pero no hay otra opción. Alguien dijo una vez que las buenas
personas se van para dejar sitio en el mundo para las siguientes generaciones.
Puede ser por este motivo, o por otros, pero el hecho es que siempre llega el
momento de la despedida.
Nacemos con fecha de caducidad, con un tiempo que sabemos
que tiene límite, que se va a acabar. Parece que nuestro propio final lo
aceptamos más fácilmente que nuestra vida. Irónico, ¿no es cierto?
En esta vida hay que tomar decisiones a cada paso que das.
Todo depende de tí. Hay que aprovechar cada momento con los nuestros, con los
suyos, con nosotros mismos. Quedarse con un mal sabor de boca no es agradable,
intentemos apreciar el dulce sabor del amor y el salado sabor de las lágrimas.
Aprendamos a respirar entrecortadamente, acompasadamente y sin mirar hacia
atrás. El pasado ha de ser el eco de nuestro presente, no el referente de
nuestro futuro.
Levantémonos por la mañana pensando: "Hoy sí".
Dejemos de contemplar las estrellas, atrevámonos a tocarlas. No le busquemos
formas a las nubes, dejémonos que nos mueva el viento como a ellas. No hagamos
de la lluvia un fondo musical, salgamos a mojarnos de realidad.
No nos limitemos a meter los pies en el mar, zambullámonos
en él, gritando cosas que no tengan sentido.
Hagamos de cada instante, un instante a recordar.
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